El alcalde mantiene secuestradas a Vera y Olivia, sin saber muy bien qué hacer. Tiene a todo el cuartel pendiente de sus movimientos. Está fuera de control y es capaz de acabar con las dos rehenes si no le dan lo que pide. Durante el cautiverio, Franciscorealiza una llamada a Sara para asegurarse que saldrá ileso e indemne de sus actos delictivos. Su seguro de vida son los papeles que el médico le iba a dar a la jueza, donde se detallan las investigaciones sobre la posible cura de la enfermedad de Leire y Tomás.
El alcalde las tiene a buen recaudo, pero si le pasara algo en su intento de huida, dará orden de que se destruyan. A partir de ahora, la jueza, que se encuentra inmovilizada debido a la fractura que sufrió en la cueva, vivirá una angustiosa contrarreloj por conseguir los informes y salvar a su hija.
Basilio, el topo del cuartel, hará todo lo posible porque el Francisco pueda huir. De esta manera, el sargento quedaría como un auténtico héroe si consigue que no le descubran. ¿Lograrán llevar a cabo su plan el alcalde y el sargento?
Por su parte, Leire y Ricky intentan ayudar como pueden. Ambos piensan que si Silviahabla con su padre le hará entrar en razón. Cuando Leire va a sugerirle a su madre que su amiga les podría ayudar a que el alcalde libere a Olivia y Vera, la joven escucha una conversación telefónica de la jueza con Raúl y descubre que tiene la misma enfermedad que Tomás. ¿Cómo reaccionará Leire cuando descubra que está condenada a muerte por una enfermedad que no tiene cura?
Fernando ha decidido llevarse a Joel lejos del pueblo, es lo mejor tanto para su hijo como para Leire. El cazalobos está al acecho y si no desaparecen finalmente le dará caza. Pero huir de Calenda no es tan fácil. Ahora que Ricky también sabe que Leireestá enferma, no dudará en acudir en busca de su amigo para que no abandone el pueblo, ya que será Joel quien mejor la consuele y la cuide cuando la enfermedad de Leire avance.
Entretanto, la noche se aproxima, es Luna Llena y Raúl ha visto algo en el bosque que no le ha dado buena espina. Sus antiguos temores han vuelto a atormentarle. Lo que ha visto solo ha podido hacerlo una bestia. Nadie está a salvo en Calenda.