En la hacienda de la familia Altamirano vive don Fernando (Gustavo Rojo), el jefe de la familia, viudo y padre de Amelia (Lisette Morelos), la hija mayor, y Mariana (Ana Patricia Rojo), su consentida, la niña de sus ojos.
Pedro Pérez (Jorge Aravena) es el jardinero de la hacienda. Ama en silencio a Amelia desde que tiene uso de razón. Pero ella está enamorada de Luis Montero (René Strickler), un joven estudiante de Derecho con muchas ambiciones en la vida.
Amelia se entrega a Luis cuando tiene 18 años y termina embarazada. Pero Luis la rechaza por casarse con Marissa Gómez Ruíz (Eugenia Cauduro), una banquera viuda y millonaria. Por una confusión, don Fernando llega a creer que el hijo que espera Amelia es de Pedro y corre a los dos de la casa.
Pedro, por el amor que le tiene a Amelia, guarda silencio, se casa con ella y asume la paternidad de la criatura, quien al nacer, Amelia bautiza como Luisa Fernanda (Paulina Goto). Y le restriega a Pedro en la cara que la niña se llama Luisa por su papá y Fernanda por su abuelo.
La boda de Marissa y Luis sucede en muy corto tiempo, ya que ella tiene que viajar a España por asuntos de negocios del banco que preside. Ella termina de pagarle a Luis sus estudios de Derecho en España.
Marissa tiene un hijo, Carlos Gómez Ruíz (Horacio Pancheri), quien a pesar de su corta edad no se deja engañar. Siempre ha sabido que Luis es un vividor que se casó con su madre por dinero. Esto hace que la relación entre Luis y Carlos sea insostenible, sobre todo cuando Carlos ya es un hombre.
Pasan los años... Luisa Fernanda es una hermosa señorita de 18 años, quien está terminando la prepa y tiene dos pasiones en su vida: toca magistralmente el violín, a pesar que nunca ha recibido una clase, siendo su otra pasión la siembra, hábito que aprendió de su papá Pedro.
Un encuentro provocado por el destino hace que Luis atropelle a Fernanda, terminando en el hospital donde trabaja Carlos...