Tres mujeres que viven en tres décadas diferentes: una ama de casa en los años 60, una socialité en los 80 y una abogada en 2019, lidian con la infidelidad en sus matrimonios.
No se puede negar que, desde hace unos años, la animación está en pleno auge y que ya no se ve como un género infantil, sino como un género muy versátil y con muchísimo potencial para la expresión.
A nosotros nos encanta reivindicar el género de la animación, y por eso este domingo os queremos proponer tres series, muy distintas entre ellas, que no os podéis perder.
Empezamos por Tuca y Bertie, una de las series de animación (o LA serie de animación, me atrevería a decir) que Netflix ha cancelado más injustamente. Tuca y Bertie son dos amigas de toda la vida, la primera una bala perdida y la segunda responsable y ansiosa, que deben lidiar con cambios en su relación cuando Bertie decide dejar de compartir piso con Tuca para irse a vivir con su novio Speckles. La premisa puede parecer sencilla, pero da paso a una serie de aventuras, más cotidianas que épicas (y siempre con un punto absurdo) en las que a estas dos pájaras no les tiembla la mano a la hora de abordar temas como el acoso laboral, el machismo, el abuso sexual o el alcoholismo.