Una escritora, sumida en un bloqueo creativo y una crisis de pareja, encuentra refugio y apoyo en sus tres mejores amigas.
Fiel a su fórmula, Netflix estrena este 28 de julio Un cuento perfecto, una nueva adaptación de la obra de Elísabet Benavent, autora que ya ha dado a la plataforma éxitos indiscutibles como Valeria o la película Fuimos canciones. En esta ocasión, Netflix apuesta por una miniserie romántica de ocho capítulos protagonizada por Margot (Anna Castillo) y David (Álvaro Mel), dos jóvenes que, a pesar de pertenecer a clases sociales distintas, están pasando por el mismo bache: sus parejas les han dejado.
Margot (Anna Castillo) es la heredera de un importante imperio hotelero que, a pesar de parecer llevar la vida perfecta, termina con su pareja, Filippo (Mario Ermito) huye despavorida de su propia boda, perseguida, ante la incredulidad de su estricta madre (Ana Belén) y de sus dos hermanas (Ingrid García-Johnsson y Lourdes Hernández, también conocida por su nombre artístico Russian Red). Es entonces cuando Margot conoce a David, un chico que, a primera vista, tiene muy poco que ver con ella: un joven precario que comparte piso con una familia y compagina tres trabajos. Es entonces cuando los dos, a pesar de sus diferencias, hacen un pacto: el uno ayudará al otro a recuperar a su pareja.
Un cuento perfecto se esfuerza por alejarse, al menos en ciertos aspectos, de la idealización de las relaciones tóxicas que se da en otras comedias románticas, inclinándose por vínculos que, si bien no son perfectos, son más sanos y podemos empatizar mucho más con ellos. Asimismo, no todo es “amor” en la pantalla, sino que la serie hace hincapié (como ya hacen otras obras de la autora, como Valeria) en la importancia de la amistad y la urgencia de ponerla al mismo nivel que las relaciones románticas. Asimismo, también se reflexiona sobre el éxito, y la concepción opuesta que sus protagonistas tienen de él, influenciados por la vida que cada uno de ellos ha llevado.