Gemma regenta una cafetería y vive en el oeste de Londres junto a su novio Kieran, que trabaja como sanitario. Ambos están muy enamorados pero el amor no paga las facturas. La pareja casi no llega a fin de mes, así que para aliviar la presión económica deciden alquilar una de sus habitaciones. El inquilino se llama Ray, es un ex nadador sincronizado de clase mundial, cuya llegada en un coche lleno de equipaje dará comienzo a una historia de amor moderna que cambia sus vidas.