La historia comienza en la víspera de Navidad, cuando el protagonista entra en una iglesia a confesar sus pecados a un sacerdote a través de una serie de flashbacks que van revelando lo que ha hecho. La trama lleva al público al dramático final donde las posibilidades del hombre en la redención final penden de un hilo. Aunque al principio el Asesino parece ser una máquina de matar con sangre fría y el Sacerdote el árbitro final del bien, a medida que la historia se va desarrollando se hace cada vez más evidente que los dos personajes se asemejan bastante y no son lo que parecen.