Ambientada en Lumen Industries, una empresa que busca llevar el equilibrio entre la vida personal y la laboral a un nuevo nivel con un nuevo procedimiento que separa sus memorias del trabajo y del empleo.
Tras series con tramas más estrambóticas como The Big Door Prize y Severance, AppleTV+ estrena otra serie ambientada en el futuro, pero con un matiz mucho más realista, que hará que nos cuestionemos nuestra humanidad. Con Sunny, Apple TV+ nos sumerge en la vida repleta de (des)agradables sorpresas de Suzie, una estadounidense que vive en Kioto. Tras perder a su marido y a su hijo en un accidente de avión, ImaTech, la empresa donde trabajaba su esposo, le regala una mascota-robot llamada Sunny para consolarla. Y, aunque a primero acepta a su nuevo compañero a regañadientes, termina encontrando en la máquina a un valioso aliado, dispuesto a todo para ayudar a Suzie a desentrañar el misterio que rodea la desaparición de su familia.
¡Sunny engaña mucho! Aunque su título "alegre" sugiere un drama desenfadado y lleno de calidez, la realidad es que las tramas apuntan a todo lo contrario. La serie se inclina hacia lo dramático, con una buena dosis de misterio y algunas pinceladas de humor puntuales. Y encontrar el equilibrio adecuado entre estos distintos géneros no siempre es fácil. Y ahí es precisamente donde radica el problema principal de esta serie original de Apple TV+: en la transición, a veces torpe, de un género a otro. A pesar de todo, la ficción es una instantánea sorprendente de una realidad futurista, aunque palpable, en la que los robots piensan como humanos, un simple auricular permite la traducción instantánea de una lengua extranjera y los teléfonos móviles ultrapotentes parecen polaroids mejoradas. Es un futuro que no parece tan lejano, pero que se retrata sin maniqueísmos. Una elección de guion bastante refrescante, sobre todo teniendo en cuenta la tendencia de la ficción a demonizar los avances tecnológicos.
Sin embargo, el mero hecho de que los robots ocupen un lugar tan destacado, por muy entrañables que sean, (sobre todo Sunny, al que dobla Joanna Sotomura), destila una frialdad que puede dificultar la comprensión de la serie. Afortunadamente, Rashida Jones, que tiene esa rara habilidad de infundir ironía a cualquier frase que se proponga, consigue inyectar algo de humanidad. Además, Sunny le da a la actriz la oportunidad de sacar a relucir su talento interpretativo cuando su personaje, Suzie, tiene que soportar la mordacidad de su suegra (Judy Ongg) o descubre a qué se dedicaba realmente Masa, su marido (Hidetoshi Nishijima). Los diez episodios de la serie ofrecen su buena dosis de giros y sorpresas, con una trama subyacente que se desvela lenta pero inexorablemente a través de la caótica, incluso cómica (pero eficaz) investigación de Suzie.