Cuando Wolf West es condenado a cuatro años de prisión (aunque él esperaba que fueran cuatro meses), su mujer, Cheryl West, se da cuenta de que a partir de ese momento tendrá que apañárselas para ser una madre soltera durante los próximos cuatro años. Con el mundo que hasta ahora conocían viniéndose abajo, Cheryl decide que ya es momento de abandonar su antigua vida de delincuentes y comenzar a ganarse la vida con trabajos honrados.