Benjamin y Rasmus se enamoran en el Estocolmo de la década de 1980, momento en que el SIDA golpea la ciudad. Ambos vienen de familias que no aceptan la homosexualidad. Benjamin es testigo de Jehová, y ser gay es algo totalmente inaceptable en su religión. Cuando uno de los dos contrae el virus, no hay nada que se pueda hacer, salvo esperar lo mejor a la vez que la enfermedad se va llevando a sus amigos a la tumba uno por uno.