María Hernández es una joven humilde, sin educación y soñadora, que vive con su madrina Casilda en las afueras de la Ciudad de México, y trabaja como recolectora de material reciclable en un vertedero. El día en que María cumple 15 años, su madrina muere, y en su lecho de muerte le pide al Padre Honorio que le encuentre un lugar en donde su ahijada pueda trabajar y vivir. María fue bienvenida en la casa del empresario Fernando de la Vega, uno de los hombres más influyentes y ricos del país. Él le enseña modales a María y la acoge como una miembro de la familia, aunque su esposa Victoria, con la criada Carlota, desprecian a María desde el primer momento.2 3
Luis Fernando, el hijo mayor de la pareja De la Vega Montenegro, fue abandonado por su novia Brenda, y juro no involucrarse emocionalmente con las mujeres, y sólo jugar con ellas. Al principio se relaciona con María para este propósito, pero termina enamorándose de ella. Soraya Montenegro, la orgullosa sobrina de Victoria, está enamorada de su primo Luis Fernando y quiere casarse con él. Soraya igualmente desprecia a María y la llama «marginal».
María poco a poco se va ganando la amistad y la confianza de los residentes y empleados de la mansión, incluyendo a Victoria, que cambia su actitud hacia María, igualmente con Lupe, la ama de llaves, Vladimir y Vanessa. Soraya se aprovecha de una borrachera de Luis Fernando y se lo lleva a la cama y después le muestra una prueba de embarazo falsa, que lo obliga a casarse con ella, a pesar de que ama a María. Con el fin de olvidar a Luis Fernando, María comienza a salir con Vladimir. También comienza a tomar clases de etiqueta de Doña Caro, una maestra contratada especialmente por Don Fernando que se encargará de enseñar a María. Luis Fernando también sufre una transformación de personalidad: se vuelve más maduro, deja de beber y comienza a trabajar en la compañía de su padre. Él empieza a sospechar de que Soraya no está embar