Un devastador diluvio inunda Países Bajos, lo que paradójicamente choca con el dicho de Dios creó el mundo y los holandeses, Holanda, ya que se pone en cuestión si realmente existe el control humano sobre el territorio y sus fronteras. Los propios ciudadanos se convierten en refugiados en medio de un caos donde éstos, ante la ineficacia del gobierno, sacarán a flote su lado más resiliente y a la vez humano. Una serie de variopintos personajes de diferente origen social tendrán que unir (o separar) fuerzas para poder sobrevivir.