A los 15 años, Melissa se enteró de que su querido padre era el criminal en serie apodado "Cara Feliz". Ya adulta, adoptó un nuevo nombre y guardó el secreto mientras su padre cumplía cadena perpetua. Tras un largo periodo sin comunicación, por fin consigue reintegrarse en la vida de su hija. En una feroz batalla contra el tiempo, Melissa debe determinar si un hombre inocente está a punto de ser ejecutado por un crimen perpetrado por su padre. Poco a poco, revela la influencia que su padre ha ejercido sobre los familiares de las víctimas y se enfrenta a un desafío a su propia identidad.