Nacidas entre volcanes, las islas Galápagos se encuentran situadas en el corazón del planeta, en el centro de numerosas corrientes oceánicas que brindan a sus costas una extraordinaria diversidad de vida y provocan continuos cambios. Zona de enorme actividad volcánica -más de 60 erupciones en los últimos 200 años-, el equipo de grabación de la serie pudo captar la última erupción del volcán Sierra Negra, cuando lanzó al cielo una enorme columna de humo y expulsó millones de metros cúbicos de lava por hora durante el primer día. Fuente de inspiración para Darwin en su teoría de la evolución, las islas Galápagos son un laboratorio viviente que ha dado a luz y ha visto desaparecer a múltiples especies de animales y plantas. A lo largo de sus tres episodios, "Las Galápagos" realiza un apasionante viaje de cinco millones de años por este archipiélago -trece islas y más de sesenta islotes de roca-, desde su formación volcánica hasta su conversión en paraíso verde lleno de vida y su fragmentación. Allí, en el aislamiento del Océano Pacífico, nada es como parece: iguanas que parecen dragones nadan en el mar y construyen sus madrigueras en cráteres volcánicos ardientes, los pájaros se convierten en vampiros y son capaces de utilizar herramientas, los pingüinos, ballenas, tiburones y focas merodean entre los corales tropicales y tortugas de 205 kilos gritan sobre los campos de lava. Para conseguir las espectaculares imágenes de "Las Galápagos", además de las habituales cámaras HD, el equipo ha empleado cámaras de súper 16mm para capturar los movimientos particularmente veloces (como los de los pájaros cazando), cámaras termales para grabar a las iguanas marinas, dispositivos infrarrojos para las imágenes nocturnas y cámaras digitales que condensan el paso del tiempo para capturar un mismo paisaje con nubes, sombras, estrellas, sol o diferentes ciclos de marea.