Pablo cura a enfermos con sus manos, pero no son solo las lesiones físicas lo que le preocupa de sus pacientes; es fisioterapeuta y conoce a la perfección el cuerpo humano, pero también utiliza métodos propios de psicólogos: indaga en los estados de ánimo y las emociones de las personas que acuden a su consulta para lograr su recuperación física, ya que cree que cuerpo, alma y mente están intrínsecamente unidos.