En el Miami de 1991, Dexter es un estudiante universitario a punto de convertirse en asesino en serie. Cuando su sed de sangre ya no puede apartarse, el joven encuentra consuelo y empatía en Harry, su padre adoptivo. Harry le inculca unas reglas que le ayudarán a identificar y asesinar a individuos que merecen la muerte, evitando al mismo tiempo ser atrapado por la policía. Esto supone un reto especial para el aprendiz, que acaba de iniciarse en la medicina forense en el Departamento de Policía de Miami.