George muere aplastada por el retrete de una estación espacial que se le cae encima accidentalmente.
Pero su historia no ha hecho más que empezar: después de su terrible muerte, es recogida por un par de aparecidos que le informan de que, a partir de ese momento, va a participar con ellos en la misión de recolectar almas.
Tan irónica como cuando estaba viva, pronto descubrirá que en el Más Allá hay unas reglas que dictan el comportamiento de vivos y muertos y tendrá que enfrentarse a situaciones como la de tener que volver a su odiado trabajo, ya que los muertos también tienen que ganarse la vida.