Reality de cocina, en el que cuatro chefs se enfrentan al reto de preparar platos gourmet que serán sometidos al juicio de un invitado célebre. Lo novedoso de este formato es que, además de poder utilizar ingredientes o técnicas poco ortodoxas, tendrán la opción de sabotear al resto de concursantes.
Los participantes empiezan con un presupuesto de 25.000 dólares, con los que podrán comprar todo tipo de elementos para llevar a cabo el sabotaje a sus compañeros, con el fin de alzarse con la victoria. Eso sí, el dinero que gasten, se les descontará de la cantidad inicial y, si alguno se queda sin blanca, automáticamente abandonará el concurso.