Elemento singular dentro de la gendarmería nacional, la capitana Marleau destaca por su lenguaje directo, su parloteo y su acento ch'ti -una variante dialectal del francés que se habla en el norte de Francia-. Sarcástica y desconcertante, con una improbable chapka -sombrero tradicional ruso- en la cabeza, deja que su esbelta figura y su imperturbable calma deambulen por diversas escenas del crimen.