Producidos entre 1993-2000, esta producción de diez OVAs de una hora de duración cada uno se llevó a cabo pocos años después del fallecimiento de Osamu Tezuka (transcurrido en 1989) y es algo así como un homenaje de extrema calidad a la figura de esta personalidad tan determinante en la historia del manga.
Episodios autoconclusivos que no obstante tienen un sutil hilo de unión entre cada uno de ellos, los OVAs de Black Jack cuentan con una extraordinaria calidad técnica y con un excelente diseño de personajes, mucho más estilizado y adulto que los caricaturescos diseños de Tezuka. Sin embargo, los responsables no traicionan en absoluto el estilo del manga y la profundidad de sus personajes. Black Jack sigue estando tan atormentado como siempre y su ambigua relación con Pinoko no ha perdido un ápice de interés. De entre todas las excelentes historias que conforman esta serie de OVAs tienen especial interés aquéllas que enfrentan a Black Jack con un médico especializado en la eutanasia, un magnífico némesis más oscuro que el propio Black Jack y con una desbordante inteligencia.