Después de ponerme ojos nuevos, seguí soñando con alguien. Cuando desperté... no podía recordarle.
Sin embargo... lo que venía con el mundo real en mi memoria eran los ojos.
Para no olvidarlos, tenía que dibujarlos y mirarlos así.
Hasta que un día mi madre encendió la tele para ver las noticias deportivas y yo levanté la vista hacia la pantalla de la television y así fue como conocí a "Onthakan", una mujer con los mismos ojos que suelo dibujar.
Investigué todo sobre ella y me convertí en su fan secreta, escribiéndole una carta con la leyenda "Para ti... mi amada" y firmando mi club de fans con el nombre: "MANZANA".