Sean McClory nació en Dublín, Irlanda, pero pasó sus primeros años de vida en Galway. Era hijo de Hugh Patrick, arquitecto e ingeniero civil, y Mary Margaret Ball, que había sido modelo.
Sean decidió convertirse en actor y se unió al renombrado Abbey Theatre de Dublín (también conocido como Teatro Nacional de Irlanda, inaugurado en 1904). Ascendió de rango tocando en producciones de obras de autores como William Butler Yeats y George Bernard Shaw, y pronto comenzó a interpretar papeles principales principalmente en comedias (populares durante la mayor parte de los años cuarenta y cincuenta).
Cuando las comedias comenzaron a desaparecer del teatro después de la Segunda Guerra Mundial, McClory se volvió hacia el cine. A principios de 1947 decidió dar el salto a América e irrumpir en Hollywood. Sus primeros papeles fueron los de un personaje básico del cine americano: el policía irlandés, que interpretó en dos series de Dick Tracy en 1947. En 1949 firmó un contrato breve con la 20th Century-Fox. En 1950 aparecía en películas más notables, aunque sin acreditar, particularmente en The Glass Menagerie (1950).
Al cabo de un año, los talentos de McClory se mostraban en varios papeles pequeños. John Ford finalmente comenzó a elegir el casting (un proceso minucioso para el quisquilloso director) para su largometraje The Quiet Man (1952) y eligió a McClory para un papel pequeño pero llamativo, en el que se le vio durante toda la película junto a Charles B. Fitzsimons, el hermano menor de la estrella de la película, Maureen O'Hara, interpretando a un aldeano irlandés. Aunque algunos miembros del elenco eran miembros familiares de la "John Ford Stock Company", muchos papeles fueron desempeñados por aldeanos irlandeses reales (la película se rodó en exteriores) e incluyeron una generosa ayuda de ex alumnos del Abbey Theatre: los hermanos Shields (Barry Fitzgerald y Arthur Shields) y Jack MacGowran, además de O'Hara McClory. Ford lo quería para papeles en varias de sus películas posteriores, sin embargo, la apretada agenda cinematográfica y televisiva de McClory solo le permitió aceptar papeles en otras dos películas de Ford, The Long Gray Line y Cheyenne Autumn.
McClory tenía un acento irlandés culto y neutral que encajaba bien en actuaciones de pantalla pequeña o grande, a diferencia de actores irlandeses como Barry Fitzgerald, quien, aunque muy efectivo y querido, tenía un acento marcado que lo mantuvo para siempre en el papel de un irlandés. Como resultado, McClory se sentía mucho más a gusto en la televisión estadounidense y tuvo muchos papeles memorables desde 1953 en adelante, apareciendo en una variedad de episodios de televisión además de su trabajo en largometrajes. Sin embargo, fueron sus frecuentes apariciones en la pequeña pantalla las que permitieron a McClory destacar en la memoria de los espectadores, especialmente en una serie de series del oeste y de aventuras (en las que interpretó un buen puñado de personajes irlandeses) hasta bien entrada la década de 1970.