La vida es un sueño para los primeros colonizadores norteamericanos que buscan una tierra propia. Es más como un juego de poker en el que cualquiera puede recibir "la mano del muerto" de ases y ochos.
De repente, los tranquilos habitantes de una ciudad del Oeste que ha prosperado gracias al ferrocarril son abatidos a tiros. Sin ley y sin orden, el poder cae en manos de un viejo ranchero y de un famoso y ya retirado, pistolero.