Si vivieran en el mismo siglo serían perfectos el uno para el otro.
Un moderna ejecutiva (Meg Ryan) y un duque del siglo XIX (Hugh Jackman) se encuentran, por cosas del destino, en el Nueva York de nuestros días, cuando el ex-novio y vecino de ella (Liev Schreiber) consigue viajar a 1876 a través de un portal en el tiempo, pero a su vuelta se trae consigo al apuesto y romántico noble.