El amor puede ser mortal.
En los años 40, Martha Beck y Raymond Fernandez formaron la pareja más buscada de América. Conocidos como "los asesinos de corazones solitarios", amantes de la mentira, el dinero fácil y el sexo escabroso, estafaban a sus víctimas y luego las mataban brutalmente. Sus objetivos eran viudas de guerra y mujeres adineradas que tenían la mala fortuna de responder a los anuncios en prensa en los que Ray se presentaba como el amante latino ideal.