Nadie puede hacerte daño en su imaginación.
Una joven escritora es interrogada por un siniestro policía secreto. Él la acusa de incluir mensajes subliminales en sus historias para los niños. Un film cuya acción se sitúa en una habitación y con Madeleine Stowe y Alan Rickman -en una aclamada interpretación- como únicos personajes.