Mientras disfruta de unas vacaciones en un resort exclusivo en la costa de Cornualles, Poirot y Hastings se encuentran con la bella y joven heredera Magdala Buckley. Conocida por sus amigas como Nick, les confiesa que ha sobrevivido recientemente a varios eventos que podrían haberle quitado la vida: una foto de un armazón pesado cayendo sobre su cabeza, una roca que se cae de un acantilado y fallos de los frenos. Cuando Poirot nota un agujero de bala en su sombrero, la ponen bajo su protección y descubren que su prometido muerto, un conocido aviador muerto en un trágico accidente, la había nombrado heredera de su testamento. Mientras tanto, se descubre que su tío rico murió, convirtiéndola en la inesperada beneficiaria de una gran fortuna. Poirot se da cuenta de que esta herencia es el motivo de los continuos intentos de su vida, y en su búsqueda de la verdad, descubre una red enredada de avaricia, falsificación, adicción a las drogas, fraude, veneno y asesinato.