A las puertas de la muerte, el Shogun nombra a su sucesor. No todo el mundo está de acuerdo con la elección, pues parece que solamente está interesado en recluirse en su cuarto para cultivar su mente. Como es impensable que un Shogun no conozca los secretos de las mujeres y los placeres que estos conllevan, un noble y una ladrona se alían para ocupar el trono con un doble hasta que el verdadero Shogun esté perfectamente instruido en el mundo del placer. Mientras tanto, el doble del Shogun, un simple sirviente de baño, se acostumbrará rápidamente en su nueva vida y se aprovechará de la situación.