Las vidas de algunas personas merecen ser destruidas.
La prostituta Sarah (Nathalie Hauwelle) es asesinada por su proxeneta. El arquitecto Yann Moreau (Laurent Collombert) contempla su trabajo ante el hecho de que la ciudad está a cargo de políticos corruptos. Nada une las vidas de estas dos personas muy diferentes, si no fuera por la pistola de 9 mm, que se encuentra en el vientre del cuerpo de Sarah. Nadie sabe que el espíritu de Sarah vive en el arma. Yann que involuntariamente es poseído por el arma de fuego, declara la guerra a los mafiosos y políticos corruptos.