Hell hath no fury.
Para desgracia de todos, Owen e Isabel esperan un hijo. Aún peor: ella quiere conocer a la familia de él. Así que los dos se plantan en el pequeño pueblo donde viven la abuela y la hermana de Owen, herida tanto física como emocionalmente por un incendio, con la intención de enterrar el hacha de guerra. Sin embargo, hay cosas que deberían permanecer bajo tierra.