Por fin, la película que demuestra que la justicia no siempre es poética, que la jungla de la calle no siempre es atractiva... pero sí que es divertida.
Ashtray es un joven negro que se va a Los Angeles a vivir con su padre y con su peculiar abuela. Allí se encuentra con su primo Loc Dog, que se pasa el día con su pandilla de amigos por el barrio.