Esther, judía de religión, necesita cuidados constantes. Pero su mal humor acaba con la paciencia de todas las que le asisten. La última acaba también de despedirse. Elie, el hijo de Esther, ya no sabe qué hacer. Sélima, la enfermera de día, le propone que tome a su madre, Halima, una musulmana practicante.