We shouldn't have met.
Cho-In fue un niño tremendamente desgraciado, lisiado de una pierna y víctima de malos tratos, lo que le generó un odio y un desprecio enormes por el resto de sus congéneres. Pero Cho-In también guarda un secreto, ya que es capaz de controlar la mente de los demás con tan solo una mirada. Un día, ya adulto, se topa con Kyu-nam al intentar atracar la casa de empeños donde este trabaja, descubriendo así al único hombre que parece ser inmune a sus poderes.