En 1925, el inventor Carl Åkerblom ingresa en un centro psiquiátrico de Upsala a causa de una violenta crisis nerviosa. Allí, con la colaboración de otros pacientes, se propone rodar la primera película sonora de la historia del cine, que trataría sobre los últimos días de la vida de Schubert. En el hospital recibe la inquietante visita de un ambiguo y extraño payaso. Aunque fue creada para la televisión, se exhibió en la sección "Un certain regard", del Festival de Cine de Cannes.