Su necesidad de sangre y algo más, las hacen levantarse de sus tumbas. Ya están aquí.
La mística y tétrica condesa Irina Karlstein, onanísta compulsiva, bisexual y muda, necesita del sexo y de fluidos corporales para seguir manteniéndose con vida. Se alimenta de las hormonas, como un vampiro necesita la sangre, muerde a las víctimas en pleno orgasmo, para chupar su semen.