Sólo él puede verlo. Sólo el comparte su magia. Sólo él conoce el peligro.
Tras la muerte de su padre, Joey cree que se comunica con él por medio de su teléfono de juguete. Pero, en realidad, Joey no habla con su padre, sino con un muñeco de ventrílocuo que hay en su habitación, un perverso muñeco que representa una amenaza para el niño.