Bajo un sol de justicia, Purdey, de diecisiete años y su hermano Makenzy, de quince, viven solos e intentan arreglárselas como pueden. Purdey trabaja de limpiadora en un complejo hotelero y Makenzy consigue un poco de dinero robando a los turistas. Entre la despreocupación de la adolescencia y la dureza de la vida adulta, los dos hermanos tendrán que apoyarse mutuamente en el que parece que será el último verano de su juventud.