Some dreams should never be remembered
Shawn y Zach son unos jóvenes amantes que se mudan a una finca que es propiedad de los Marino. Una serie de extraños acontecimientos comienzan a ocurrir, y es entonces cuando Zach recuerda su niñez, cuando sufrió una psicosis severa y violenta mientras lo trataba un psiquiatra. Esta conducta psicótica vuelve a reaparecer y se convierte en un caso de posesión demoníaca, así que Zach se enfrenta a una horrible realidad que nunca antes pudo haber imaginado.