La caída de un imperio será el surgimiento de otro.
En 1453, Constantinopla, la capital del Imperio Bizantino, es rodeada por los turcos otomanos. La ciudad no es más que una sombra de su antigua gloria. El Imperio Otomano ha ido creciendo y ahora, el ambicioso sultán Mehmet II lanza su campaña para acabar con el último vestigio del Imperio romano de Oriente y tomar Constantinopla.