La reservada Beth Ann intenta animar su matrimonio. Simone busca consuelo en Tommy, el hijo de Naomi, cuando se entera de que Karl no ha escondido su adulterio tan bien como decía.
No se puede negar que, desde hace unos años, la animación está en pleno auge y que ya no se ve como un género infantil, sino como un género muy versátil y con muchísimo potencial para la expresión.
A nosotros nos encanta reivindicar el género de la animación, y por eso este domingo os queremos proponer tres series, muy distintas entre ellas, que no os podéis perder.
Empezamos por Tuca y Bertie, una de las series de animación (o LA serie de animación, me atrevería a decir) que Netflix ha cancelado más injustamente. Tuca y Bertie son dos amigas de toda la vida, la primera una bala perdida y la segunda responsable y ansiosa, que deben lidiar con cambios en su relación cuando Bertie decide dejar de compartir piso con Tuca para irse a vivir con su novio Speckles. La premisa puede parecer sencilla, pero da paso a una serie de aventuras, más cotidianas que épicas (y siempre con un punto absurdo) en las que a estas dos pájaras no les tiembla la mano a la hora de abordar temas como el acoso laboral, el machismo, el abuso sexual o el alcoholismo.