Viola Vitale y Francesco Demir viven en paralelo las crisis de sus romances. La situación entre Viola y Raniero Sammartano empieza a ir bien, pero cuando este último empieza a hablar de cohabitación Viola siente un sentido de la responsabilidad demasiado fuerte. Viola y Francesco se ven cuestionados por importantes responsabilidades en un nuevo caso relacionado con el presunto envenenamiento de un joven atleta y la muerte de un conocido empresario. Mientras investiga el caso con Francesco, Viola recibe la llamada de Tamara Graziosi, que la ayuda a acercarse a la verdad sobre su padre. Mientras tanto, Viola, tras visitar a un paciente en el hospital, reflexiona sobre su relación con Raniero y decide romper con él. Éste, decepcionado con ella, le desea buena suerte antes de marcharse.