Durante una lluvia de estrellas fuera de la cúpula, Eva trata de que Barbie se una al Parentesco. Por su parte, Joe y Norrie aprenden a evitar el control de Christine.
En el vasto mundo del terror psicológico y el suspense, pocos nombres evocan tanto miedo y fascinación como el de Stephen King. Su obra ha sido adaptada a múltiples formatos, desde películas icónicas hasta series de televisión. Una de las más intrigantes es *Castle Rock*, una serie que fusiona varios relatos del maestro del horror en un universo compartido, donde los miedos se entrelazan y los personajes cobran vida. Si eres amante del misterio, la intriga y la tensión psicológica, *Castle Rock* merece un lugar en tu lista de series por ver.
Ambientada en el pequeño pueblo ficticio de Castle Rock, Maine, la serie toma su nombre e inspiración directamente de las novelas más reconocidas de King como "Cujo" y "La tienda". Cada temporada presenta historias distintas pero interconectadas, lo que crea un rico tapiz narrativo que engancha a los espectadores desde el primer episodio. La primera temporada gira alrededor del regreso de Henry Deaver (interpretado por André Holland), un abogado cuya vida está marcada por oscuros secretos familiares y vínculos con el pueblo. A medida que se desvelan estos secretos, uno se sumerge en un ambiente cargado de tensión donde cada esquina puede esconder algo aterrador.
Uno de los grandes atractivos de *Castle Rock* es su elenco estelar. Con figuras como Lizzy Caplan interpretando a Annie Wilkes —un personaje icónico también conocido por su aparición en "Misery"— y Tim Robbins como Reginald "Pop" Merrill, la serie logra atraer tanto a fanáticos del género como a seguidores del trabajo actoral excepcional. Cada personaje tiene profundidades ocultas que se revelan lentamente a lo largo de la trama, manteniendo al espectador al borde del asiento mientras trata de descifrar las intenciones detrás de cada uno.