Es 1959 y Rusia está ganando la carrera espacial. Para poder competir, los Estados Unidos forman la NASA y eligen reclutar a los mejores pilotos de prueba de la nación para formar lo que se convertirá en los Astronautas de Mercurio. Entre estos pilotos de prueba se encuentran el niño de oro John Glenn, el temerario Alan Shepard, y el Gordo Cooper, cuyo matrimonio roto podría costarle un lugar en el programa.