A mediados de la década de 1970, la recién creada DEA recluta a dos patrulleros mexicoestadounidenses: Kiki Camarena y Hector Berrellez. Kiki es destinado a Guadalajara, territorio del cártel, y Hector investiga sus actividades en Los Ángeles. El cártel tiene a policías en nómina, incluyendo a tres agentes estatales de Jalisco. Cuando Kiki es secuestrado, ambos lados de la frontera se tambalean.