Habia una vez una niña muy bonita. Su madre le habia hecho una capa roja y la muchacha la llevaba tan a menudo que todo el mundo la llamaba Caperucita Roja. Un dia, su madre le pidió que llevase unos pasteles a su abuela que vivia al otro lado del bosque, recomendándole que no se entretuviese por el camino, pues cruzar el bosque era muy peligroso, ya que siempre andaba acechando por allí el lobo ...