En remotos tiempos vivia una anciana reina que era, además, hechicera. Tenía una hija tan hermosa que no se podria encontrar otra igual. A cuantos pretendientes aspiraban a casarse con ella la anciana les imponia una dificil prueba, y si no realizaban el trabajo ordenaba su muerte. Muchos lo habian intentado, deslumbrados por la belleza de la joven, pero ninguno consiguió realizarlo y, asi, fueron decapitados sin piedad. Hasta que un valinete principe intentará lograrlo.