Preocupado por los resultados históricos de las pruebas de ADN, Jimmy tiene que enfrentarse al hecho de que Duncan puede haber estado implicado en el asesinato de Lizzie Kilmuir, y potencialmente también en el de Sally McColl. Un conmocionado Duncan es llevado a comisaría para ser interrogado, dolido de que Pérez le creyera capaz de asesinar. Sin embargo, el detective sabe que Duncan está mintiendo, quizá no sobre el asesinato, sino sobre algo más importante. Así que cuando Duncan finalmente admite que tuvo una aventura con Donna, no pasa mucho tiempo antes de que se suelte una bomba.