Pérez y Tosh son advertidos de que se mantengan alejados de Mathias Soderland por el Servicio Secreto noruego, que les dice que se están entrometiendo en una operación que no entienden. Siendo Soderland el principal sospechoso del asesinato de Sally McColl, Pérez y Tosh no se dejarán intimidar. Sin embargo, su investigación se ve repentinamente desbaratada por un sorprendente descubrimiento.