Debido al increíble éxito del Sistema Sibyl, Japón ha comenzado a exportar la tecnología a otros países con la esperanza de que algún día sea utilizada en todo el mundo. Para poner a prueba su eficacia en el extranjero, el estado de guerra de la Unión del Sudeste Asiático (SEAUn) decide implantar el sistema, con la esperanza de traer paz y estabilidad a la ciudad de Shambala Float y mantener a la población bajo control.