Después de que un contable malverse su dinero, la ex-modelo Maddie Hayes decide vender los pocos negocios que todavía posee, entre ellos una agencia de detectives. Pero el detective privado David Addison quiere mantener su puesto de trabajo, por lo que convence a una reacia Maddie a formar una sociedad. Su primer caso les da pocas pistas para seguir: Maddie consigue un reloj roto de un hombre moribundo.