Loki cruza líneas temporales moribundas buscando a sus amigos, pero la realidad no es lo que parece.
El Universo Cinematográfico Marvel (MCU) ha sabido cómo cautivar a sus seguidores a golpe de película taquillera y, en los últimos años, con producciones que han saltado de la gran pantalla a nuestros televisores, con una plétora de series originales en Disney+. Entre ellas, destacó primero Bruja Escarlata y Visión y, más tarde, Loki, que, con uno de los personajes favoritos del MCU (y protagonizado por un ya icónico Tom Hiddleston) regresa con una segunda temporada aún más divertida y atemporal que la primera. La primera temporada fue todo un éxito y la segunda viene cargada de nuevos personajes y tramas salidas de la mente de Michael Waldron y Eric Martin.
Mientras que la trama de la primera temporada se centraba en los esfuerzos de la Autoridad de Variación Temporal para capturar las variantes temporales que interfieren con el continuo temporal, la segunda entrega explora los conceptos paradójicos vinculados al multiverso. La historia se retoma donde la dejó la primera temporada, con Sylvie acabando con "El que permanece". Pero aunque toma esta decisión para evitar un conflicto multiversal, inicia accidentalmente una cadena de acontecimientos incontrolables que provocan distorsiones temporales y una gran confusión en la Autoridad. Para Loki y sus aliados, este es el comienzo de una aventura aún más compleja.
Como no podía ser de otra forma, Tom Hiddleston vuelve a encarnar a Loki y Owen Wilson a Mobius, con una química en pantalla que sigue siendo absorbente y que aporta humor y emoción a la trama. Por otro lado, Sophia Di Martino retoma su papel de Sylvie, con una interpretación tan impresionante como en la primera temporada. La nueva temporada también introduce nuevos personajes, como Ouroboros (Ke Huy Quan), un empleado de la Autoridad con un papel intrigante. Jonathan Majors vuelve como el variante Victor Timely (un regreso controvertido teniendo en cuenta el estado actual del actor).